Miles de peregrinos y turistas han abarrotado esta mañana la entrada de la basílica de Santa María la Mayor para visitar por primera vez la tumba de papa Francisco, que desde ayer descansa en una sobria tumba sobre la que se posa una rosa blanca.
Hay algunos que han llegado hoy mismo en autobús para poder entrar y llevan esperando desde las 9:00, como Pirina, de Avellino, que asegura que esta basílica, tan querida por el pontífice argentino, se convertirá desde ahora en un lugar de peregrinaje para los cristianos como lo es San Pedro: “Era un gran papa”, afirma mirando hacia el cielo.
“Seguramente [será un lugar de peregrinaje], porque el papa Francisco era una persona muy querida, humilde y centrado en los últimos, incluso contra la voluntad de algunos dentro de la iglesia, y amado por todos”, concuerda la organizadora de un grupo de 35 peregrinos por el Jubileo de la Juventud.
“Esto tendría que haber sido el jubileo de los adolescentes, pero al final…se ha convertido en otra cosa”, explica.
Con una historia que hunde sus raíces dieciséis siglos atrás, la basílica es el templo mariano por excelencia y la favorita del pontífice argentino, a la que acudía a rezar cada vez que emprendía un viaje y a la que volvía al llegar.
La tradición asegura que la virgen fue la que indicó e inspiró su construcción y en su interior acoge el icono mariano más importante, muy citado también por Francisco, la Salus Populi Romani, a la que se acogía como protección en los viajes, una tradición que se retrae a los jesuitas, ya que fueron ellos los que distribuyeron por todas partes su icono en sus viajes.
A esta hora, ya han pasado más de 20.000 personas, pero en la plaza esperan muchos más. Un grupo de 20 peregrinos de México aguantan muy emocionados a poder entrar.
Fernando es argentino y ha venido expresamente al funeral de Francisco. “Vine a agradecerle todo lo que hizo y todo lo que nos cuidó”. Vino el mismo viernes de madrugada, hizo cuatro horas de cola para darle el último adiós, luego el funeral y ahora Santa María la Mayor, todo un maratón para despedirse de un papa amado por todos.
