En uno de los combates más mediáticos del año 2025 en el Kaseya Center de Miami, Anthony Joshua se impuso de manera contundente sobre Jake Paul al noquearlo en el sexto asalto con un golpe que le provocó una doble fractura en la mandíbula, por la que tuvo que ser intervenido de urgencia. El ex campeón mundial de los pesos pesados fue considerablemente superior a su rival y dominó la pelea desde el inicio. Sin embargo, se difundieron imágenes del rincón del youtuber que exhiben cómo los entrenadores del estadounidense le aseguraban que “estaba ganando cada ronda” momentos antes del desenlace, algo que generó una ola de críticas en las redes sociales.
Más allá de que Jake Paul logró esquivar los golpes más contundentes de su rival en los primeros tres asaltos, la superioridad del británico fue contundente. Anthony Joshua controlaba la pelea a su merced a pesar de que esta no se desarrollaba con ritmo intenso. Al llegar al quinto round, el enfrentamiento estaba netamente volcado a favor del boxeador, por lo que el estadounidense tenía que salir a buscar el KO en las últimas tres rondas. Sin embargo, desde la esquina le indicaban todo lo contrario.
Las imágenes, difundidas por Most Valuable Promotions en un episodio de MVP Uncut en YouTube, mostraron a los entrenadores de Paul diciéndole que “estaba ganando cada ronda” en el intervalo de descanso del quinto al sexto round, a pesar de que la dominaba su rival, de acuerdo con las tarjetas.
Entre los mensajes captados en la grabación, uno de estos intentó animarlo: “Despierta, hijo. Tú puedes. Vamos, hijo. Vamos, campeón”. Por su parte, ante un Jake Paul que ya estaba exhausto, el otro lanzó una frase tajante que revolucionó las redes: “¡Ganaste todas las rondas menos esa (la quinta)!”. La reacción de los espectadores no se hizo esperar. “¿Por qué demonios le dice su entrenador que ganó todos los asaltos? Por eso lo noquearon, porque creía que lo estaba haciendo bien”, escribió un usuario. Otro calificó la actitud del equipo como “vergonzosa”.
A pesar de esto, Jake Paul fue noqueado inmediatamente en el sexto asalto tras un brutal golpe de Anthony Joshua, que dejó al influencer de 28 años en la lona, lo que profundizó los cuestionamientos hacia el equipo de entrenadores tras la publicación de imágenes inéditas de la esquina. El impacto del golpe final del británico provocó una doble fractura de mandíbula en el estadounidense, que requirió la inserción de placas de titanio.
Durante el proceso postoperatorio, Jake Paul informó a sus seguidores que experimenta “mucho dolor y rigidez” y que deberá limitarse a una dieta líquida durante siete días, según detalló en sus cuentas oficiales. La gravedad de la lesión se traduce en la propia imagen compartida por el estadounidense, quien, tras salir del quirófano, escribió: “Acabo de salir de la cirugía. Todo salió bien. Gracias por todo el cariño. Mucho dolor y rigidez. Tengo que beber líquidos durante siete días”.
Antes, una vez que se terminó la pelea contra el británico, el youtuber fue sincero y remarcó que había sufrido una lesión en su mandíbula. “Definitivamente está rota. Pero ha estado bien. Una buena paliza de uno de los mejores que lo ha hecho nunca”.
Pese a la derrota contra una de las figuras del boxeo británico de los últimos tiempos, el estadounidense manifestó su deseo de regresar a la competencia y buscar un título mundial. “Fue muy difícil manejar su peso. Creo que si hubiera tenido mejor resistencia cardiovascular, podría haber aguantado y seguido peleando, pero él lo hizo increíble. Golpea muy fuerte y yo solo intenté dar lo mejor de mí”, afirmó Paul.
El ambiente del Kaseya Center expuso las tensiones y el desgaste entre el boxeo tradicional y la irrupción de celebridades del espectáculo digital. En el cuarto asalto, la intervención del árbitro Christopher Young se volvió viral al dirigirse a Paul con la frase: “Los fanáticos no pagaron para ver esta basura”, comentario que reflejaba tanto el disconformismo del público ante las frecuentes caídas del estadounidense como el debate sobre la legitimidad deportiva de estos combates híbridos.
La pelea avanzó de forma irregular en los primeros episodios. Joshua mantuvo distancia con un jab constante, evaluando a su contrincante, mientras Paul optó por movimientos defensivos y esquivas, sin encontrar momentos claros para atacar. El árbitro Young intervino en el quinto round con dos conteos de protección a Paul, aunque ninguno derivó de golpes contundentes. Antes del desenlace, las estadísticas arrojaban números bajos: el británico había conectado catorce golpes efectivos y Paul diez hasta el cuarto asalto. Consultado al respecto tras la pelea, Paul respondió: “Sinceramente, no me sorprende. Solo me cansé, para ser honesto”.

A pesar de la contundencia de la derrota y de la fractura de mandíbula, Jake Paul manifestó su deseo de regresar al ring y pelear por un cinturón mundial. En palabras publicadas en sus redes: “Me encanta este deporte y voy a volver para conseguir un cinturón del campeonato mundial en algún momento”. Su actitud desafiante, unida a la viralización de la frase del árbitro y la polarización entre seguidores del pugilismo clásico y de las plataformas digitales, convirtió al combate de Miami en uno de los puntos de mayor fricción y debate sobre los límites entre entretenimiento y rendimiento deportivo en el boxeo actual.
La diferencia de contextura física entre ambos resultó evidente desde el pesaje: Joshua marcó 243,4 libras (110,4 kg) y Paul 216,6 libras (98,2 kg), cifras que reflejan la brecha entre un ex campeón mundial con 29 victorias, 25 de ellas por nocaut, y un contendiente con apenas 13 peleas profesionales y una sola derrota previa. El evento fue pactado con reglas especiales que limitaron el peso máximo de Joshua a 245 libras (111 kg), aunque la categoría peso pesado no fija techo reglamentario.

Aunque la derrota resultó dolorosa, el boxeador de 28 años se marchará con una bolsa de 140 millones de libras. Del otro lado, a pesar de la victoria en el cuadrilátero, Anthony Joshua enfrenta un escenario fiscal complejo que reduce drásticamente sus ingresos. Según un análisis de la consultora AceOdds citado por SportBible, tras deducir impuestos en Estados Unidos y Reino Unido, el británico conservaría solo 49,2 millones de dólares de los 93 millones de dólares que le correspondían inicialmente, lo que equivale a cerca del 53% de sus honorarios.
El combate, considerado por especialistas y fanáticos como un espectáculo atípico, generó una bolsa estimada de 184 millones de dólares a repartir entre ambos púgiles. Joshua, como vencedor, recibió la mayor parte del botín, pero la estructura tributaria internacional transformó su triunfo financiero en un desafío administrativo.
Por su parte, Jake Paul encendió la polémica en las redes sociales con un posteo en el que se mostró fumando sentado en un avión repleto de fajos de billetes en el suelo y el resto de los asientos, mientras que también se encuentran múltiples armas y fusiles de asalto. Vale recordar que, cuando mostró la radiografía de la doble fractura en su mandíbula, retó al histórico boxeador mexicano Saúl Canelo Álvarez.



