Tomás Etcheverry: el plan para recuperar su nivel y cuál es la verdad sobre la continuidad de su entrenador

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Tomás Etcheverry busca recuperar su nivel

Tomás Etcheverry es una de las mejores proyecciones argentinas en los últimos años y el compañero ideal de Francisco Cerúndolo para los capitanes de Copa Davis. Sin embargo, el platense atraviesa una etapa difícil, su tenis quedó empantanado y los resultados no lo acompañan desde fines mayo de 2024, cuando llegó a la final de Lyon. Cambios de entrenadores, cambio de raquetas, búsqueda de mejoras en los contratos y decisiones intentan modificar su magro 2025, en el que lleva 12 victorias en 16 torneos disputados, lo que sumado en el último año hace un total de 27 triunfos y 32 derrotas. Esto habla de muchas despedidas en primera y segunda ronda. Como él mismo reconoce, este saldo lo llevó a caer más de 30 puestos en el ranking de ATP (29° al 62°).

Es por eso que está tomando medidas para frenar esta caída y que le permitan recuperar tenis y confianza en él mismo. La primera decisión a tomar recae sobre la posibilidad de continuidad o no de su relación con su entrenador, el Pulga Horacio de la Peña.

“Con Horacio quedamos en sentarnos a hablar después de Roland Garros, para ver cómo continuamos de cara al año que viene, si seguimos, de qué manera y ver para qué estamos”, comenzaba explicando Tomás Martín, como le gusta decir a la ATP. Parecía más una despedida que una continuidad, la de una relación que nació a fin de temporada, que pasó por un cambio de raqueta, que volvió al mismo modelo, y que ahora, después de París, se acomoda para la próxima gira sobre césped.

Etcheverry se quedó en Europa, entrenó en canchas duras en París, viajó a Mallorca y comenzó a preparase para el torneo de la isla que es parte de la gira de un mes que se juega sobre césped. Mientras tanto, De la Peña se mostró con su hijo en polvo de ladrillo. Sin embargo, desde el círculo que hoy acompaña a Tommy, dijeron que el Pulga lo acompañará en el certamen mallorquín y en los meses posteriores y que la definición se postergará hasta después del US Open, en septiembre.

“Soy consciente de que hicimos un buen trabajo -decía Etcheverry-, y estoy agradecido de todas las herramientas y los conocimientos que me está dando, pero bueno, entiendo que los resultados no se están dando”, se lamentaba. Sin embargo, y a pesar de lo desarrollado, no comprende por qué no se están dando los resultados esperados.

“La verdad es que no me puse a pensar mucho, simplemente traté siempre de confiar en el proceso y en hacer lo que Horacio me decía. No sé por qué no salieron los resultados, obviamente, soy el responsable máximo, no voy a andar echando culpas. La realidad la da el ranking, no miente, durante todo el año no jugué bien. Fueron bastantes pasos en falso y es mi culpa, pero nada, vamos a ver cómo sigo”, insistía sobre la charla posterior con su coach.

Entre la gama de intentos por mejorar cada una de sus presentaciones, pusieron su mirada en la raqueta, en buscar una que pudiera favorecer su trabajo en la cancha y que generara un mejor contrato, pero las dificultades continuaron. “Buscamos generar un mejor contrato con una marca que nos diera una raqueta como la que yo necesitaba, más sólida, más firme, porque nos dábamos cuenta de que la raqueta que yo usaba, en los rallies largos y para impactar rápido, no era firme. Fue un trabajo de dos años, así que cambiamos. Terminamos bien 2024, pero quisimos ir más allá, con una raqueta que nos diera un poco más de pique y, en Australia, dejamos la verde por la roja. La sentí bien en cemento, pero no me gustó en polvo, no la controlaba. La realidad es que intentamos hacer cambios para mejorar y no nos salió”, lograba sincerarse el platense.

Por esto fue que debieron ser muy precavidos a la hora de planificar la gira europea en canchas lentas, porque como reconoce Tomás, “el tenis es bastante difícil de planificar, por los entrenamientos y los parates”. El equipo decidió parar diez días para entrenar y llegar frescos a Roland Garros, priorizando “la importancia a lo que había que trabajar o practicar o lo que sea”.

Etcheverry se muestra honesto en sus palabras y no evade las cargas propias. A la hora de hablar de esfuerzos, menciona que es en equipo, pero en el momento de mencionar las responsabilidades, aparece una mueca en su rostro, entorna sus ojos y se hace cargo del mal momento. “Esto es un equipo, pero lo que yo digo es que cuando entro a la cancha siento que soy yo el responsable y, sinceramente, en los últimos torneos, previos a Roland Garros, no me sentía jugando como el Tommy de los años anteriores, en donde me quería comer al mundo y tenía esa agresividad en la cancha y en lo mental, sino que me sentía raro. Ahí es donde yo digo, ‘es mi culpa’, porque no entré con la mentalidad que tenía que haber entrado a la cancha y a comerme los partidos como lo hacía en otras temporadas”.

Etcheverry diseño un plan para recuperar su mejor versión (Foto REUTERS/Fabián Bimmer)

– ¿Sentís que fallaste?

– Desde ese lado yo creo que sí. No te voy a negar que con mi entrenador preparamos los partidos, la manera que jugar, el vamos por acá o por allá y uno intenta hacerlo lo mejor posible.

Respecto a su relación con Horacio de la Peña, siente que es buena y que se entrega a lo que su entrenador le diga. “No quiero imponerme a una decisión de mi entrenador, porque siento que el Pulga tiene toda la experiencia para decirme qué hay que hacer. Y yo voy de cabeza, porque son mis primeros años y él tiene más experiencia, no puedo querer imponer lo mío”, explica.

El cambio en su forma de juego también fue notorio. Luego de haberse plantado sobre la línea de base para impactar más rápido la pelota, volvió a retroceder y a pararse un par de metros por detrás de ella, lo que significa un retroceso en su juego, sobre todo, porque De la Peña llegó con la premisa de realizar un juego más agresivo. “Sí, Horacio me empuja a hacerlo, me apura bien, pero no sé por qué no lo estamos pudiendo llevar a cabo. Y eso es lo que nos asusta, un poco, a los dos. El me dice ‘andá para adelante, andá para adelante’ y yo me veo y me pregunto ‘¿qué pasa?’ Porque aparezco tirado atrás de vuelta. Así no voy a poder tomar la red. ¿Cuántas veces estamos subiendo la red por partido? El año pasado te subía 15 puntos más por partido que ahora, y es un montón. Entonces, hay que volver a encontrar el camino”, explica sobre la actualidad de su juego, algo que lo hizo retroceder no sólo dentro de la cancha, sino también en el ranking.

Por eso decidió “cambiar el chip”, como le gusta decir, para volver a intentarlo desde la base, como en Hamburgo. “Creo que es por ahí el camino, mi tenis es por ahí, no tengo dudas de que es lo que nos va a traer alegrías. Al principio la vamos a tirar afuera, no la voy a sentir a la pelota y habrá que correr un poco más, pero para ganar hay que hacer ese camino y sé que no lo estoy haciendo”, se confesaba Tommy.

Un tema importante para el tenista platense es la proximidad de sus seres queridos, algo que, en su momento, fue cuestionado por alguno de sus entrenadores.

– ¿En cuánto influye en vos la cercanía o el estar lejos de tus familiares, de tu novia? Porque en algún momento se te propuso que no haya nadie cerca.

– (Vuelve a hacer una mueca, esta vez para dar paso a una sonrisa) Sí, sí. Obviamente, creo que la familia siempre va a querer lo mejor para uno. Tener a mi novia al lado siempre para mí es un apoyo enorme, porque se me hace difícil viajar todo el tiempo solo. Además, yo no soy un jugador tampoco que vuelve tanto a Argentina, casi nada, te diría. Me gusta estar afuera, siento que cuando vuelvo no agarro esa energía que veo que otros jugadores pueden tomar, sino por el contrario, es como que me pierdo, por eso, prefiero estar enfocado afuera. Pero al estar con mi papá y mi mamá, siento todo el apoyo, sobre todo de mi hermano y de mi novia. Para un tenista es fundamental, porque siempre estamos solos. Obviamente, tiene que haber un equilibrio, tampoco es cuestión de llenarse todo de eso, porque después, por ahí, puede llegar a hacer daño. Pero, yo creo que cada jugador es diferente, algunos precisan más afecto y otros enfocarse más en otras cosas.

Horacio de la Peña seguirá como entrenador de Etcheverry

En el caso de querer cambiar de entrenador, Tommy dice no tener ningún nombre en mente, que hoy está con el Pulga y que es un gran entrenador, pero, también sabe que hay nombres que están interesados “en acompañar y sumar y que, obviamente, es un honor. Pero, hoy, no tengo pensado nada”.

– ¿Y si hubiera que hacer un cambio, de quién es la decisión, tuya o de alguna otra persona?

– Si hay que cambiar de entrenador, el que toma la decisión soy yo.

Tommy Etcheverry necesita recuperar su tenis, sabe que tiene frente a él una nueva oportunidad, deberá mantenerse en la temporada de canchas duras en Norteamérica, para luego pensar en recuperar terreno en 2026, en donde no defenderá puntos durante los primeros cinco meses del año.

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