Anastasia Potapova, actual número 37 del ranking de la WTA, convoca la atención dentro y fuera de la cancha. Por su tenis y también por su vida amorosa, que en Roland Garros casi la ubica entre dos fuegos. La rusa estuvo casada con su colega Alexander Shevchenko, de quien se divorció a fines de 2024. Y los rumores hoy marcan que ya tiene un nuevo amor: otro integrante del circuito ATP: el neerlandés Tallon Griekspoor. Y ambos estuvieron a punto de enfrentarse en la tercera ronda del certamen, pero el kazajo cayó ante Ethan Quinn, cuando los fanáticos ya se frotaban las manos pensando en un duelo con el condimento extra del morbo.
Fue durante el torneo de Indian Wells donde la tenista fue vista apoyando desde el palco a Griekspoor, quien con su aliento logró la mayor victoria de su carrera al derrotar al primer sembrado, Alexander Zverev, en la segunda ronda. La participación de Potapova como espectadora, sumada a los recientes eventos en su vida personal, dispararon las especulaciones. No fue la primera ocasión en la que la rusa apareció apoyando al neerlandés durante un partido, meses después de su separación de Shevchenko, con quien celebró su matrimonio durante la pretemporada de 2023 en San Petersburgo. En septiembre, comenzaron a difundirse rumores sobre una posible separación, los cuales finalmente se hicieron oficiales a finales del año pasado.
El divorcio parece haber representado un cambio emocional importante para Potapova. En una entrevista concedida a Sofya Tartakova para el medio ruso Bolshe, explicó los sentimientos con los que enfrentó el proceso: “Tomé decisiones tremendamente grandes a finales del año, pero así es la vida. Lamentablemente, cosas como estas suceden y debes aceptarlo”. A pesar de la decepción que mencionó frente al desenlace de su matrimonio, la jugadora expresó su deseo de que su exesposo tenga éxito: “Le deseo todo lo mejor, y se lo merece. Realmente espero que continúe desarrollándose como jugador”.
El impacto de esta nueva etapa en su vida personal ha influido positivamente en su desempeño como tenista. Tras obtener un título en el torneo de Cluj-Napoca, Potapova confesó sentirse “más ligera” emocionalmente, lo que ha repercutido en su enfoque dentro de las competencias. En declaraciones citadas por medios especializados en tenis, destacó: “Siento un gran alivio, y realmente estoy disfrutando cada día, cada momento. Incluso si sucede algo malo, simplemente lo acepto. He aprendido a seguir adelante, y no me estreso por nada”.
La relación con Shevchenko, ahora terminada, tuvo sus inicios en un vínculo forjado durante la infancia de ambos, pero se consolidó tardíamente. Potapova recordó que, aunque se conocían desde que tenían nueve años, no habían tenido una conexión significativa sino hasta años después. Una vez que comenzaron a interactuar con mayor frecuencia, se volvieron inseparables; sin embargo, la convivencia como pareja enfrentó dificultades que no lograron superar. En sus palabras: “Supongo que tuvimos problemas; algunas parejas superan esos problemas, y otras no. Lamentablemente, fuimos una de las que no lo lograron”.
Potapova no se ha limitado a hablar sobre el fin de su matrimonio, sino que también mencionó el apoyo que recibió de su familia durante este proceso, en particular de su madre, Yuliya. Según la rusa, su madre desempeñó un papel fundamental en los momentos más complicados: “Tengo a unos padres increíbles, que me entienden tal como soy. Nunca me juzgan, nunca juzgan mis decisiones: ‘¿Una boda? Está bien, tendremos una boda. ¿Un divorcio? Triste, doloroso, pero cómo te ayudamos’”. Además, mencionó que Yuliya, quien mantenía una buena relación con Shevchenko, intentó apoyar a ambas partes de manera equilibrada.
Desde la ruptura, los dos jugadores han eliminado en silencio fotos de ambos en sus redes sociales, un gesto que, según Potapova, fue necesario para poder pasar página y afrontar con libertad las preguntas que constantemente recibía sobre su vida personal. En sus declaraciones a Bolshe, dijo: “Creo que necesitaba ponerle fin, cerrar las cosas oficialmente, para no recibir más esas preguntas. Creo que ese fue el último paso que necesitaba para finalmente sentirme libre”.
En el aspecto profesional, la tenista de 23 años logró mantenerse dentro del Top 40 al cierre de 2024 a pesar de las complicaciones vividas en su vida personal. Ahora, con un enfoque renovado, apuesta a seguir creciendo. Respecto a su capacidad para superar los desafíos en un contexto tan mediático, reflexionó sobre su fortaleza mental: “A pesar de todo, me aferré a los últimos fragmentos de mi cordura, salí a la cancha y jugué partidos. Por supuesto, este año no fue tan exitoso como el anterior, pero dadas las circunstancias, esta temporada me dio mucho más que cualquier otra en mi vida”.
De momento, tanto los logros de Potapova como los detalles de su vida personal continúan generando un considerable interés mediático. Con tres títulos en su carrera y ganancias por cerca de cinco millones de dólares, la joven tenista ha demostrado resiliencia en un año marcado por cambios significativos. Y su vida personal genera tanta atención como sus cualidades con la raqueta.