El jefe de los árbitros de FIFA explicó los “poderes especiales” que tendría el VAR en el Mundial: “Merece la pena”

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Pierluigi Collina brindó una sesión informativa en Washington DC (Crédito: Reuters/Jeenah Moon

El Mundial 2026 promete ser un antes y un después en la historia de este tipo de competiciones, y no solamente por el aumento de 32 a 48 participantes. La FIFA analiza ampliar los rangos de acción del VAR para darle una mayor importancia en diferentes jugadas que, hasta el momento, no son objeto de revisión, como los tiros de esquina y segundas tarjetas amarillas para corregir el fallo inicial de campo si así corresponde. Esta decisión fue anticipada por el diario británico The Times y ahora Pierluigi Collina, jefe de árbitros de la casa madre del fútbol mundial, la confirmó.

La autoridad competente dejó sus sensaciones en una sesión informativa desarrollada en Washington DC, región donde se llevará a cabo el sorteo de este viernes para determinar la distribución de los doce grupos de la Copa del Mundo. “Creo que todos deberíamos tener como objetivo tomar decisiones correctas en el terreno de juego. Sería una lástima que el resultado de una competición no se decidiera por lo que hacen los jugadores en el terreno de juego, sino por un error involuntario de quien toma las decisiones”, manifestó el italiano de 65 años.

Más allá de su implementación, Collina aseguró que el tema estará en discusión en las próximas semanas: “Lo discutiremos y veremos cuál es el resultado, porque creo que el objetivo merecería la pena”. En este sentido, ponderó la necesidad de minimizar la equivocación humana: “Esto es lo que nos convenció hace 13 o 14 años para empezar a pensar en cómo apoyar a los árbitros (con tecnología). Así que si podemos lograrlo, para mí, es positivo”.

Sobre las interrupciones en la fluidez del juego, Pierluigi Collina habló de la obligatoria optimización en este tipo de fallos para evitar perjudicar el espectáculo: “El criterio principal es que no haya retrasos. Con los córners, hay un retraso fisiológico porque, cuando se pitan, normalmente se espera a que suban los dos centrales. Normalmente se tarda entre 10 y 15 segundos en preparar a los atacantes. En esos 10-15 segundos, si se pitó mal el saque de esquina… todo el mundo tiene la evidencia de que el inicio del juego fue incorrecto”. “Para mí, es difícil entender si tenemos la posibilidad de ver que (la decisión es incorrecta) por qué tenemos que escondernos y esperar que no pase nada en el saque de esquina que se lanza”, sentenció.

Uno de los miembros de la IFAB y director ejecutivo de la Federación Inglesa de Fútbol, Mark Bullingham, se mostró en contra de aumentar el rango de acción en el protocolo VAR, pero lo cierto es que se busca la posibilidad de que la tecnología asuma “poderes especiales” y la cuestión referida a los tiros de esquina se suma a la posible intervención en la revisión de segundas tarjetas amarillas, algo que no se permite hoy en día, ya que solo puede corregir acciones de roja directa.

El VAR puede intervenir a nivel mundial en jugadas de goles, acciones de fuera de juego, penales, tarjetas rojas directas y errores de identidad (Crédito: Reuters/Paul Childs)

The Times explicó que esta determinación estaba basada en “ser lo más precisos posible en decisiones que puedan cambiar el partido y sería un problema serio si, por ejemplo, un córner concedido por error o una segunda tarjeta amarilla alteraran el resultado de la final del Mundial”. Se pretende otorgar más justicia sin desnaturalizar el ritmo del juego.

De igual manera, un cambio de este tipo genera opiniones divididas. La fuente citada afirma que la UEFA, ente rector del fútbol europeo, está en contra de que se incluya en el programa estándar del VAR, frente al riesgo de que se incrementen los retrasos en el ritmo de juego, una cuestión vital para que tenga curso en la International Football Association Board (IFAB), el organismo que rige las reglas del fútbol a nivel global.

Justamente, la implementación de cambios en el protocolo está atada a un permiso especial por parte de la IFAB. Esta flexibilidad regulatoria le permitiría a la FIFA ensayar herramientas que, por ahora, no se incluirán en otras competencias relevantes. A nivel general, el protocolo solo está habilitado para jugadas de goles, fuera de juego, penales, tarjetas rojas directas y errores de identidad.

Las posibles reformas en las reglas del fútbol que impulsa la FIFA y analiza la IFAB podrían transformar aspectos clave del juego, desde la gestión de lesiones hasta la definición de los penales y el fuera de juego. Entre las propuestas más avanzadas, se destaca la modificación del fuera de juego, que podría implementarse después del Mundial de 2026 en Estados Unidos, México y Canadá. La variante más discutida establece que un atacante solo será sancionado si cualquier parte de su torso —y no la cabeza ni los pies— supera al defensor, lo que, de acuerdo con las primeras pruebas, otorgaría una ventaja significativa al atacante y modificaría las estrategias tácticas de los equipos.

Arsène Wenger, el precurso del cambio en la regla del fuera de juego, que permanece bajo revisión (Crédito: Reuters/Jeenah Moon)

En la Copa Árabe celebrada en Qatar, se está experimentando con una regla destinada a reducir el fingimiento de lesiones y las interrupciones deliberadas. Esta medida, también promovida por la FIFA, exige que cualquier jugador que reciba atención médica abandone el campo durante dos minutos, salvo que la infracción haya sido sancionada con tarjeta. El objetivo es limitar la pérdida de tiempo y agilizar el desarrollo del partido.

Otra propuesta relevante afecta la ejecución de los penales. Se plantea que, si el arquero detiene el disparo, la jugada termine de inmediato, sin permitir que el atacante aproveche un posible rebote. Los defensores de esta reforma sostienen que el equipo que recibe el penal ya dispone de una ventaja posicional suficiente y que la nueva regla aportaría mayor claridad y justicia a la jugada.

La IFAB, compuesta por las cuatro federaciones británicas —cada una con un voto— y la FIFA, que posee cuatro votos, requiere una mayoría de seis sobre ocho para aprobar cualquier cambio en las reglas del fútbol.

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