El argentino que le ganó un título a Mick Schumacher, lo quiso Red Bull y debutó con un triunfo en Ferrari

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Marcos Siebert debutó con un triunfo representando a Ferrari (Crédito: Prensa Marcos Siebert)

Fue uno de los últimos argentinos que intentó llegar a la Fórmula 1 antes de Franco Colapinto. Se trata de Marcos Siebert, quien fue considerado uno de los mejores de su generación al punto de ser campeón en la Fórmula 4 Italiana, una de las versiones más fuertes de esa promocional. En esa temporada 2016 le ganó la corona a Mick Schumacher. El marplatense no pudo plasmar su sueño de correr en la Máxima, pero hoy es uno de los principales representantes de nuestro país en las carreras de Endurance. Este año se convirtió en piloto de Ferrari en el GT World Challenge Europe y ganó en su debut en el autódromo inglés de Brands Hatch.

“Mi carrera está dividida en dos partes, como la mayoría de pilotos argentinos. La primera, que es la etapa de monopostos y que está el sueño de la F1. Fueron unos años complicados para Argentina en cuanto a pilotos en el exterior. Éramos una camada con uno cada tres o cuatro años. Después de Esteban (Guerrieri) vino Facu (Regalia), después yo, y luego Franco (Colapinto). Si bien no pude cumplir el sueño de correr en F1, pude tener las oportunidades gracias al título de la F4 Italiana. De hecho, hace unos días me etiquetaron en una publicación donde están hoy los campeones de los últimos diez años y tres de ellos están en F1, que son Lance Stroll (Aston Martin), Kimi Antonelli (Mercedes) y Ollie Bearman (Haas). Después está Marcus Armstrong que corre en la IndyCar. O sea, A todos no nos cambió la vida”, explica.

Sobre aquel título en Fórmula 4 Italiana, recuerda que “llegué crudo desde la Argentina. Fue una temporada con muy poco presupuesto de mi parte y la mayoría la puso el equipo. Yo vivía en Suiza, en una pieza arriba del taller del equipo. Trabajaba todos los días en el taller, armando mi auto y demás. Estaba en el simulador del equipo y vivía 24×7 para eso. Tuve solo seis días de test nomás en esa temporada, mientras que Mick Schumacher estaba todo el día girando e hizo dos campeonatos, el alemán y el italiano”.

Del hijo del Kaiser guarda una particular anécdota: “Me acuerdo que en la primera carrera del año en Misano yo largaba en primera fila junto a Mick y había 200 cámaras alrededor del auto de él. Fue el primer año de Mick en Fórmula, después de todo lo que pasó con Michael. Entonces había más eco y también de rebote se hizo un poco más conocido mi nombre ya que todos preguntaban ‘¿quién es este que le ganó al hijo de Schumacher?’”

Marcos con Mick Schumacher en 2016 (Crédito: Prensa Marcos Siebert)

Si bien Schumacher es tres años menor, destaca que “ganarle a Mick fue muy difícil. Iba con muchísima presión a cada carrera, pero la verdad que salió muy bien y sabía que era mi oportunidad de hacer carrera en Europa. Era ganar ese campeonato o volver a Argentina”.

De esos primeros tiempos en Suiza cuenta que en ese país “hay tres idiomas oficiales y justo yo estaba en medio. Entonces una parte del pueblo te hablaba francés, otro alemán y otro italiano. Tenía 16 años recién cumplidos y mi inglés era muy rústico, con limitaciones todos los días. No era un chico europeo que estaba en la casa viviendo con los padres. Vivir solo en Suiza y tener que buscarme la vida 100% fue difícil. En esa época todavía no estaba tan bien el tema de las comunicaciones. Buscaba roaming en todos lados porque la llamada era carísima. Y en cuanto me conectaba a Internet le metía a full al traductor (risas)”.

Su título generó el interés de Helmut Marko, el asesor de Red Bull y principal responsable del programa Junior donde estuvieron Sebastian Vettel y Max Verstappen. Se reunió con el ex piloto austriaco y revela qué pasó: “El Doctor Marko no se anda con muchas vueltas. Me lo dijo cortito: ‘Queremos que seas parte del programa Junior de Red Bull, pero tenés que traer el 50% del presupuesto para correr en Arden’, que era el equipo de Christian Horner (jefe del equipo Red Bull de F1) en la GP3 (actual Fórmula 3). Estamos hablando que es algo insignificante, pero igual ese presupuesto no se consiguió”. Marcos apunta que “lo que no entendía Marko en ese momento y me preguntó ‘¿cómo hiciste para ganar un campeonato de Fórmula 4 Italiana sin tener presupuesto?’ Me reuní con él cuando terminó el campeonato en octubre. A los 15 días teníamos las pruebas de fin de temporada en Abu Dhabi de GP3 y ya las tenía que hacer con el equipo que debía correr y pude hacerlo gracias a los 75.000 euros que me dieron como premio por el título. Pero hasta ese momento vivía con centavos en Europa”. Finalmente, pudo correr en la GP3 en el equipo del recordado Adrián Campos.

También hubo una posibilidad con Sauber que en esa época estuvo asociado a Alfa Romeo. “Eso era una conexión con Eduardo Ramírez (mánager que llevó a Esteban Tuero y Gastón Mazzacane a la F1). En la Argentina tenía contacto con el equipo, pero se truncó porque el programa Junior de Alfa Romeo todavía no estaba muy fuerte. Era como que lo tuvieron que armar de cero”, aclara el piloto de 29 años.

Junto al monumento de Fangio en Monza. Es igual al que está en Palermo (Crédito: Prensa Marcos Siebert)

Luego probó un auto de Fórmula 2 en uno sus “últimos disparos” para llegar a la F1, como contó, pero la pandemia de COVID-19 truncó definitivamente la posibilidad de llegar a la Máxima. Pese a esto, supo reinventarse en el mundo de las carreras de larga duración, también conocida como Endurance. “No fue fácil entrar en el mundo del Endurance, pero pude pelear el campeonato en mi primer año y logré correr para Mercedes”, reconoce.

Comenta que pudo llegar a la escudería AF Corse de Ferrari gracias a la gestión del dueño de su ex equipo. “Me lo presenta a Amato (Ferrari) el año pasado, cuando corrí en Spa e hice podio en la European Series. Me recomendaron y entonces le digo ‘si en algún momento necesitan algún piloto pueden contar conmigo. Mi sueño es correr en Ferrari y en tu equipo especialmente’. Él me contactó y justo necesitaban un piloto para GT World Challenge y obviamente con mi experiencia y con lo que venía haciendo en Mercedes me abrieron las puertas”. Y subraya que “desde 2013 que estoy en Europa y poder correr para Ferrari me siento como un nene porque es el sueño de todo piloto el haber llegado a Ferrari, es el equipo más importante y en la marca más importante del automovilismo”.

Se lo nota muy feliz por su debut vencedor con Ferrari y relata que “fue increíble ir a correr vestido de rojo y ganar con Ferrari. El auto de GT3 es una locura”. Del auto describe que “es la nueva Ferrari 296. Es el GT3 más nuevo y tecnológico que hay adentro. Es una nave espacial. Tiene todas las funciones en el volante como pasa en la F1. Cuando venís a 250 kilómetros por hora tenés que tocar 30 botones de volante y se te prende fuego la cabeza. En velocidad llega fácil a 280, 290 km/h. Es un auto que está sobre los 1.100 kilos, con 550 caballos de fuerza. Corremos con gomas Pirelli, como las de F1, pero en este caso son las gomas blandas para Endurance que duran más o menos una hora al ritmo máximo. Son carreras a fondo y nadie se cuida”.

Marcos comparte la conducción de la Ferrari número 52 con el belga Jef Machiels y tras su triunfo fueron sextos en la segunda fecha corrida en Zandvoort. Este fin de semana correrá en Monza. Avisa que su objetivo para esta temporada es “ganar el campeonato. Arrancamos con el pie derecho y sumamos buenos puntos. Pero, principalmente, apunto a mostrarme en Ferrari”.

Acelerando la Ferrari 296 con la que ganó en Brands Hatch (Crédito: Prensa Marcos Siebert)

Vive desde 2017 en Valencia con su pareja, pero sus vacaciones en La Feliz no las cambia por nada, incluso por una invitación a correr en Medio Oriente y rodeado de lujos. “Voy todos los veranos. En diciembre me llamaron para correr en Asian Le Mans Series con Aston Martin de un GT3, pero debía borrarme dos semanas en Dubai y Abu Dhabi. Para mí, diciembre y enero en Mar del Plata son sagrados. Soy fanático de la ciudad y me crie en la playa. Además, poder estar con amigos y algún permitido que tengo”.

En sus tiempos libres cuenta que “nos juntamos con un grupo de amigos argentinos a jugar al pádel. Es una ciudad muy parecida a Mar del Plata, chiquitita dentro de todo, tiene costa y otras similitudes”.

Respecto de hacer otra categoría, aclara que “lo veo difícil porque estoy corriendo el campeonato mundial más fuerte de GT3, pero si el equipo me necesita tengo el bolso listo y el casco, podría ser en alguna carrera de 24 horas, aunque aún no me avisaron”.

En tanto que explica en qué ayudó el “efecto Colapinto” en los pilotos argentinos. “Lo de Franco ayuda, da mucho empuje para conseguir sponsors ya que antes a los que corríamos en el exterior no nos daban mucha bola. Ahora ayuda también el tema de las redes sociales. Yo cuando vine a correr en la F4 no conocía mucho la categoría. Hoy los pibes del karting tienen toda la información. Hoy hay un poco más de ambición para querer correr en Europa. Antes éramos uno por año y ahora hay varios argentinos corriendo acá. Hoy tenemos a Franco en la F1 y Nico Varrone que también están buscando su lugar”.

El marplatense es otro ejemplo de que hay vida más allá de la F1. Que un joven piloto puede ser profesional a nivel internacional. El Endurance les permitió reinventarse a varios argentinos y en el caso de Marcos Siebert llegar a correr para Ferrari, nada menos.

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