
Las autoridades turcas ejecutaron una operación que derivó en la detención de 35 personas vinculadas con apuestas deportivas y presunto amaño de partidos. De acuerdo con la agencia EFE, entre los arrestados figuran jugadores de los clubes más grandes de Estambul, Galatasaray y Fenerbahçe, así como directivos y técnicos de segundas divisiones. La investigación se desarrolla en el contexto de un creciente escándalo que involucra distintas categorías del fútbol nacional.
El proceso judicial, iniciado por la Fiscalía de Estambul, apunta a presuntas violaciones de la ley de prevención de la violencia en el deporte y manipulación de resultados. Entre los implicados se encuentra un compañero de Mauro Icardi: Metehan Baltaci, integrante del Galatasaray y con pasado en la selección sub-21 que fue arrestado por apostar en partidos que involucraban a su propio equipo. Además, el volante del Fenerbahçe, Mert Hakan Yandaş, figura entre los detenidos; los investigadores sostienen que realizó apuestas utilizando la cuenta de otra persona.
El marcador central turco, que ya se encontraba suspendido por el tribunal deportivo (por esa razón no estuvo en la nómina para enfrentar a Union SG por la Champions League), llevaba disputados dos partidos en lo que va de la temporada. El mediocampista ofensivo turco de 31 años, en cambio, entre lesiones y la sanción previa no pudo sumar minutos ni en la Europa League ni en el ámbito local en lo que va de la temporada. Solamente llegó a firmar planilla (pero no ingresó) en tres juegos de la Superliga de Turquía.
En este amplio operativo, la Fiscalía turca también arrestó a los presidentes y propietarios de tres clubes de segunda división: Ahmet Okatan y Mehmet Emin Katipoğlu del Ankaraspor, así como Şahin Kaya del Nazilli Belediyespor. Junto a ellos están dos entrenadores, cuyos nombres no han trascendido públicamente, bajo sospecha de intervenir en la manipulación de un encuentro disputado en abril pasado entre Ankaraspor y Nazilli Belediyespor. Otro futbolista —sin identificar por las autoridades— enfrenta cargos similares por su participación en el acuerdo de resultado en el duelo entre Ümraniyespor y Giresunspor dos años atrás.

Las autoridades turcas estudian la captura de otras 11 personas, mientras avanza la causa judicial. En este contexto, 27 jugadores han sido acusados de apostar en partidos que disputaban sus propios clubes y de influir presuntamente en los resultados.
La Federación Turca de Fútbol (TFF) intervino paralelamente suspendiendo a 149 árbitros y asistentes con penas de entre ocho meses y un año, tras comprobar que más de un centenar de jueces mantenían cuentas vinculadas a plataformas de apuestas. De los 571 árbitros activos en competencias profesionales de Turquía, 152 tenían actividad en apuestas y uno de ellos había intervenido en 18.227 operaciones en esas plataformas.
Este escenario motivó la detención de varios árbitros y el procesamiento de Murat Özkaya, presidente del Eyüpspor, equipo de la primera división turca. El caso de mayor exposición pública fue la prisión preventiva dictada por un tribunal de Estambul a siete árbitros implicados,.
La TFF también llevó ante el Comité de Disciplina a 1.024 futbolistas investigados por posible relación con apuestas, de los cuales 27 pertenecían a la Superliga, la máxima categoría del país.
El presidente de la Federación Turca de Fútbol, Ibrahim Haciosmanoglu, declaró en rueda de prensa que su administración mantiene el objetivo de “erradicar cualquier rastro de corrupción del fútbol”. “No haremos excepciones”, remarcó.
La investigación abierta a partir de la denuncia de apuestas ilegales y manipulación de partidos profundizó en un esquema que recorre todas las divisiones profesionales y semiprofesionales. La magnitud del operativo judicial y las sanciones impuestas por la TFF mantienen en vilo al universo del fútbol en Turquía. Las autoridades anunciaron que la investigación se ampliará a partir de nuevos indicios y que se prevén más detenciones en el corto plazo.



