Quienes conviven con perros suelen notar que cuando están cocinando, trabajando o simplemente caminando por la casa, la mascota suele ir detrás de ellos. Aunque al principio puede ser un gesto gracioso, en muchas ocasiones se vuelve molesto y puede, según los expertos, ser una señal directa de una dependencia emocional en el animal.
Según la clínica veterinaria Evidensia, “el perro ve a su humano como parte de su manada”. Se trata de un instinto natural heredado de sus antepasados, los lobos, que vivían en grupos cerrados y se movían juntos como forma de protección y supervivencia. Esa dinámica permanece hoy en las relaciones entre perros y personas, ya que al seguir a su humano, el animal busca cercanía, seguridad y mantener el vínculo afectivo. Esta conducta se potencia sobre todo si el perro fue criado desde cachorro en un ambiente con vínculos afectivos sólidos. “Los perros desarrollan un fuerte apego a quienes los cuidan. Estar cerca de su figura de referencia les da calma, confianza y bienestar”, analizaron los expertos.
Sin embargo, no siempre se trata de una simple muestra de cariño. En algunos casos, este comportamiento puede ocultar problemas serios de salud. Uno de los más comunes es la ansiedad por separación, un trastorno que afecta entre el 20% y el 40% de los perros, según un estudio de la Facultad de Medicina Veterinaria de la Universidad de Illinois. Los síntomas aparecen con fuerza cuando el dueño se ausenta, como por ejemplo, con ladridos excesivos, intentos de escape, conductas destructivas o incluso alteraciones fisiológicas como vómitos o pérdida de apetito. En estos casos, es clave consultar a un veterinario o a un etólogo.
Otra posible causa, que suele ser notoria en perros mayores, es la aparición de problemas neurológicos o sensoriales. La pérdida de visión, audición o la confusión cognitiva pueden generar una necesidad constante de estar cerca del dueño como forma de orientación y seguridad. En cambio, en los perros cachorros o jóvenes, esta conducta suele vincularse más con la curiosidad y la necesidad de explorar el entorno de manera segura.
Por último, algunos animales buscan entretenimiento cuando están aburridos. En esos casos, seguir al humano puede ser su manera de obtener atención o de buscar una posible actividad. Tampoco hay que descartar el denominado “refuerzo positivo involuntario”. Si el perro recibe caricias, palabras amables o premios cuando lo acompaña a todas partes, es probable que repita ese comportamiento esperando una recompensa.
¿Cuándo hay que preocuparse por esta conducta?
Aunque por lo general esta conducta es inofensiva hay señales de alerta que deben ser observadas. Si el perro no puede relajarse en ausencia de su dueño, muestra angustia excesiva o cambia su comportamiento habitual de forma repentina, debe consultarse a un veterinario para determinar si el animal sufre algún tipo de ansiedad o dependencia emocional.
En esos casos, algunas de las recomendaciones más comunes son realizar ejercicios de independencia con el animal, comprarle juguetes interactivos para cuando se queda solo y trabajar las rutinas de despedida para mejorar el vínculo sin generar dependencia.